El jueves 28 de julio de 2022, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que declara el acceso a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible como un derecho humano universal. Esta Resolución ya había conseguido el apoyo del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, en 2021.

Con la abrumadora aceptación de la mayoría de los Estados Miembros, el Secretario General de la ONU reconoció que ahora se deben mejorar los esfuerzos para reducir las flagrantes injusticias medioambientales que se están produciendo y empoderar a los grupos más vulnerables, como los defensores de los derechos humanos medioambientales, los niños, las mujeres y los pueblos indígenas, los ancianos, las personas con discapacidades especiales y las personas con bajos ingresos, por nombrar algunas.

A través de las disposiciones de la Resolución, los Estados Miembros afirmaron «la importancia de un medio ambiente limpio, sano y sostenible para el disfrute de todos los derechos humanos«. El Secretario General también señaló que la Resolución debería ayudar a los Estados «a acelerar la implementación de sus obligaciones en materia de medio ambiente y derechos humanos» en virtud de los numerosos acuerdos medioambientales multilaterales.

La Resolución, sin embargo, no se limita a los Estados, sino que también incluye «las organizaciones internacionales, las empresas comerciales y otras partes interesadas». Esto requeriría la adopción de políticas viables y mensurables, así como el fomento de una mayor cooperación, el desarrollo de capacidades y el intercambio de buenas prácticas.

La adopción de la Resolución fue oportuna, en el sentido de que durante el período del domingo 31 de julio al miércoles 3 de agosto de 2022, los miembros de la Red Caribeña por el Clima (CCN) celebraron una reunión en San Fernando, Trinidad y Tobago, para revisar sus actividades e iniciar los preparativos para una Semana de Acción durante el 1º al 8 de octubre de 2022 en todos los países del Caribe.

La meta de la CCN es trabajar conjuntamente para hacer frente a los efectos de la crisis climática y prestar apoyo a los organismos regionales y comunitarios para proteger todos los territorios. Lo más importante sería la adopción de medidas de adaptación que estarían basadas en la justicia y la sostenibilidad.

En general, entre los miembros de la CCN sigue aumentando la preocupación por el impacto del cambio climático en la humanidad y por la eficacia del desarrollo de medidas de adaptación y mitigación. Hay pruebas de la subida del nivel del mar en muchos Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), de la acidificación y el blanqueo de los arrecifes de coral y de la destrucción de los manglares a un ritmo alarmante. Estos son sólo algunos de los retos que se están encontrando y que están afectando negativamente al desarrollo.

A la luz de pruebas científicas incontrovertibles, la CCN pretende que la crisis climática sea declarada «Emergencia Climática» para que haya una mayor concientización y, como ha defendido el Secretario General de la ONU, se movilicen recursos adecuados y realistas. El desvío de millones de dólares en la carrera armamentística en evolución, se emplearía mejor en abordar esta Emergencia. Este enfoque práctico y equitativo podría aliviar, entre otras cosas, las necesidades especiales de los grupos más vulnerables que ya se están viendo afectados y frenar la marea de cualquier desastre medioambiental. También debemos tener en cuenta que los que menos contribuyen al impacto del cambio climático son los que más pueden sufrir.

La Resolución de la ONU y las actividades que está desarrollando la CCN (algunas de las cuales ya se están implementando) deberían reforzar la agenda de justicia climática que «se basa en el principio de equidad, a lo largo de todos los aspectos del cambio climático». En este sentido, deberían asignarse más recursos para los esfuerzos de adaptación. La resiliencia dentro de las comunidades es fundamental, por lo que el mantra actual debería ser uno que garantice que nadie se quede atrás. Al hacerlo, también podríamos trabajar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030.

Foto grupal de los miembros de CCN en el Retiro del equipo en Trinidad.

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