Subiendo las curvas de la montañas de Utuado sí que da miedo, pero finalmente es el único camino para llegar a uno de los dos centros ceremoniales indígenas del Caribe. Cuando era niña me encantaba visitar este lugar porque estaba rebosante de historia que puedes tocar y sentir. Con esto me refiero a que está lleno de inmensas plazas que tienen rocas con petroglifos indígenas que son como dibujos. Realmente es un lugar único. También, hay otro centro ceremonial indígena en Ponce llamado Tibes. Este también contiene hermosas plazas y suertudamente no es necesario tomar tantas carreteras con curvas para llegar a el.
El visitar estos dos hermosos lugares cuando era niña me llevo a estudiar Tibes durante mi maestría con más profundidad. Sin embargo, lo que encontré me dio escalofríos y me hizo tener un llamado de urgencia. Estamos perdiendo nuestra historia debido a los fenómenos asociados con el cambio climático. A medida que pasa el tiempo, los huracanes golpean con más fuerza nuestros monumentos ancestrales. Ya no puedo ver con tanta facilidad las estructuras ni los petroglifos en las rocas; ¿qué pasará con las generaciones futuras? También debemos recordar que todavía hay comunidades alrededor de estas áreas; ¿serán capaces de sostener un futuro lleno de desafíos climáticos?
Deseo un futuro en que las comunidades puedan entender la importancia de este legado indígena único y su necesaria conservación a través de medidas sostenibles. Nuestro patrimonio cultural es una de las muchas razones por las que debemos reclamar energía limpia y mejores servicios, no solo por nuestros antepasados sino también por las comunidades presentes vinculadas a este lugar. Tú puedes ser parte de esta solución firmando la petición y uniéndote a nuestros esfuerzos.