Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) se enfrentan a desafíos particulares a la hora de abordar la transición energética. Según mi experiencia, los PEID del Caribe dependen en gran medida de los combustibles fósiles. Nos enfrentamos a la acuciante necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo a la vez en cuenta nuestra posición de vulnerabilidad frente al cambio climático y nuestra insignificante contribución a las emisiones globales. Una transición justa hacia fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, no supone solamente una elección sostenible, sino también una manera de garantizar un futuro más resiliente. A continuación intento explorar el recorrido hipotético de un PEID en su transición desde una red eléctrica alimentada por gas natural a otra impulsada por energía solar y eólica.

Nuestra pequeña e hipotética nación insular, «Isla Paraíso», depende al 100% del gas natural para satisfacer sus necesidades energéticas. Esta situación es frecuente en muchos PEID debido a la limitada disponibilidad de fueloil y a las dificultades logísticas para obtenerlo. Aunque el gas natural es relativamente más limpio que el carbón o el petróleo, sigue siendo un combustible fósil que contribuye a las emisiones de carbono. Por ello, Isla Paraíso reconoce la necesidad de cambiar sus fuentes de energía por algunas alternativas renovables, como la solar y la eólica.

Una transición justa tiene como objetivo garantizar que el cambio hacia fuentes de energía renovable sea equitativo, inclusivo y sostenible. Para Isla Paraíso, esto implica tener en cuenta las necesidades de todas las partes interesadas: lxs trabajadorxs, las comunidades locales y el medioambiente.

  1. Reconversión y transición laboral: Para lograr una transición justa, Isla Paraíso invierte en la recapacitación y en la actualización de lxs trabajadorxs. Esto incluye el aprendizaje de competencias específicas del sector de las renovables y el acceso a nuevas oportunidades laborales para lxs antiguxs empleadxs de la industria del gas natural. Este planteamiento atenúa los impactos negativos sufridos por aquellas personas que puedan perder su trabajo durante la transición.
  2. Participación de la comunidad: Las comunidades locales de primera línea participan en el proceso de toma de decisiones. Isla Paraíso lleva a cabo programas de divulgación para informar a lxs residentes de los beneficios de las energías renovables y permanece a la escucha de sus inquietudes. La interacción con las comunidades garantiza que la transición no tenga un impacto negativo en su vida cotidiana.
  3. Preservación del medioambiente: Isla Paraíso toma medidas para preservar su entorno natural durante la transición. En la instalación de las turbinas eólicas y los paneles solares se intenta evitar al máximo la perturbación de los ecosistemas. Además, se priorizan las prácticas sostenibles como la reforestación y la conservación.

Dentro de estas tres consideraciones principales, la transición de Isla Paraíso hacia las energías renovables se centra principalmente en aprovechar la fuerza del sol y del viento. La isla apuesta por la energía solar instalando paneles solares en tejados, espacios abiertos e incluso sobre el agua. Los huertos solares y la generación solar distribuida proporcionan una fuente estable de electricidad limpia. Isla Paraíso aprovecha su situación costera para explotar la energía eólica. Las turbinas eólicas adornan el paisaje, sobre todo a lo largo de las líneas de costa, donde el viento es más fuerte. Estas turbinas generan electricidad captando la energía cinética del viento, pero también tienen en cuenta otros factores, como las poblaciones de aves y la exposición a condiciones meteorológicas extremas.

El cambio a la energía solar y eólica aporta numerosos beneficios a Isla Paraíso:

  1. Reducción de las emisiones de carbono: Con la disminución del gas natural, la isla reduce significativamente su huella de carbono, contribuyendo de manera ejemplar a la lucha global contra el cambio climático.
  2. Independencia energética: Isla Paraíso reduce su dependencia de los combustibles fósiles, que pueden ser costosos y perjudiciales para el medio ambiente. Las fuentes de energía renovable y el óptimo diseño de los sistemas proporcionan un suministro energético más estable y seguro.
  3. Oportunidades económicas: El sector de las energías renovables crea nuevas oportunidades de empleo, diversificando la economía de la isla. En particular, es probable que el turismo y las industrias de tecnología verde se beneficien de esta transición.
  4. Resiliencia climática: Al ser una pequeña nación insular, Isla Paraíso resulta especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático. Al adoptar fuentes de energía renovables, la isla se encuentra mejor preparada para un futuro con patrones meteorológicos cada vez más erráticos y para el aumento del nivel del mar.

La transición justa hacia la energía solar y eólica en nuestra hipotética pequeña nación insular, Isla Paraíso, representa un modelo para los PEID en todo el mundo. Al priorizar el bienestar de sus trabajadorxs, involucrar a las comunidades locales y proteger el medio ambiente, Isla Paraíso demuestra que el cambio sostenible está a nuestro alcance y que además puede ser equitativo. A medida que la comunidad global acelera sus esfuerzos contra el cambio climático, el ejemplo de Isla Paraíso sirve de inspiración para que otros pequeños estados insulares en desarrollo emprendan su propio camino hacia un futuro mejor y más sostenible.

FacebookTwitter